De la punta al iceberg
En estas fechas estivales una es más sensible a su olor, a su propio sudor chicloso, e incluso, a la roña incrustada en la planta de los pies tras el chancleteo de aquí pa llá. Y claro está, una es sensible pero no cerda. Así que cuando me he ido a lavar los pies antes de irme a nonon, me he puesto a reflexionar en porqué no lava el papa los pies a quien le va a ver, o se los besa, al fin y al cabo le está manteniendo. Mientras que se da todo lo contrario, yo te mantengo y encima tengo que hacer el pinopuente pa besarte la mano. A lo que esta digresión me ha llevado a otra más cercana, así de repente a lo Yesica Flecher: lo mismo sucede en el curro. Aunque la verdad, no sé por qué he pensado esto, porque yo el principio de autoridad siempre lo he tenido en la punta del pie.
Enhorabuena David por tu autodespido.
Enhorabuena David por tu autodespido.
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efege -
adc -